Nueva Reunión del Club Bilderberg. Y Cristina Martín Contraataca


Los miembros del Club Bilderberg desde el principio estaban implicados en el diseño y desarrollo de la guerra en Siria, sostiene la escritora y periodista Cristina Martín Jiménez.

"Los miembros del Club Bilderberg tienen un gran interés en esa zona estratégica, y desde antes del inicio de la guerra ya estaban implicados en el diseño y desarrollo de la misma", señala Cristina Martín Jiménez, la autora del primer libro sobre este club misterioso.

De la misma manera actuó el Club en Irak, donde después de la guerra la industria petrolera y las otras industrias fueron a parar a manos de miembros del club.

"Están haciendo lo mismo en otras zonas de conflicto, como Siria, como Afganistán, para recoger todos estos beneficios (…) y no solamente para quedarse con las riquezas, sino para extender su imperio", señala la escritora.

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Foto: Pepo Herrera

Solo una valiente y tenaz escritora, como lo es la periodista española Cristina Martín Jiménez, se ha atrevido a escribir sobre las verdades ocultas del Club Bilderberg.

Un tema controvertido donde los haya, pues nada se sabía de ello hasta hace relativamente poco tiempo.

Gracias a personas como Cristina Martín hoy día tenemos conocimiento de ello, al menos de una parte de la información que se esconde tras las sombras.

Su gran profesionalidad e intensas investigaciones dio lugar a la edición, en 2005, del primer libro “El Club Bilderberg: Los Amos del Mundo”, convirtiéndose en un best-seller.

Lo triste de todo esto es que, desde entonces, sus libros son vetados llegando a tal punto en que ninguna editorial se presta a seguir publicando sus ejemplares. De hecho, la imposibilidad de encontrar un ejemplar en cualquiera de las librerías o grandes almacenes es una realidad. Todavía, aún peor ha sido las amenazas que ha sufrido por hablar de los Bilderberg en diferentes medios de comunicación. Esto no hace otra cosa sino que, claramente, dar la razón a sus declaraciones y, por supuesto, al argumento de su reveladora obra. Sin embargo, asegura no tener ningún temor y que continuará escribiendo acerca de ello.

Es de sobra sabido que la humanidad, al completo, está necesitada de muchas cosas, sin embargo, pienso que entre las cuales y, creo que de las más importantes, es saber la VERDAD. Pues solo obteniendo el CONOCIMIENTO los seres humanos gozaremos de auténtica libertad, de lo más preciado que cualquier ser puede poseer, que es ni más ni menos que nuestro legítimo libre albedrío. Para ello, muchas son las personas valientes, como Cristina Martín, necesarias en esta sociedad acomodada que, algunas veces por costumbre, y otras por individuos que inteligentemente son adiestrados por las altas esferas, solo saben taparse los oídos cuando no quieren escuchar, o cubrirse los ojos cuando no desean ver el verdadero escenario de la realidad, sobre todo si este parece estar sacado de una novela de ciencia ficción. Pues todo lo que parece imposible a la mente humana es directamente rechazado. Quizás algo tenga que ver la tramada educación que recibimos en cuanto nacemos, los medios oficiales de información y, por supuesto, la cultura la cual nos inculcan para lograr dicho fin. Esto me hace recordar el Mito de la caverna de Platón, solo que las cadenas que nos impiden el movimiento son las propias debilidades mentales de las que el ser humano se encuentra preso.

Gracias a Cristina y tod@s las personas que desde cualquier ámbito luchan por desentramar la VERDAD y, con ello, brindarnos el tan necesario CONOCIMIENTO que se exige para iluminar a la humanidad.

Jorge Ramos

A continuación os dejo con sus últimas declaraciones realizadas el pasado 31 de mayo en el siguiente artículo:

Bilderberg, ¿un club selecto o los amos del mundo?


A este club se le acusa de ser el responsables de provocar guerras y crisis, de poner y quitar presidentes. 

Aunque sus miembros más evidentes son conocidos nadie conoce cómo se comporta el club ni su capacidad de influencia que se estima desmedida. 

En mayo de 1954, el príncipe Bernardo de Holanda invitó a algunos de los hombres más ricos y poderosos del mundo a pasar unos días en la campiña de Oosterbeck. Estaban en plena guerra fría y a muchos les preocupaba que el clima enrarecido enturbiase la buena marcha de los negocios. Se trataba de pasar unos días de descanso, hablar de política y de negocios de una forma distendida y comprometerse, al menos en lo que concernía al mundo occidental, a mantener la estabilidad necesaria para un comercio fructífero. La reunión sirvió para tender puentes entre las grandes fortunas a ambos lados del Atlántico y en cierto sentido supo tener cierta visión de lo que habría de ser la globalización y el comercio mundial. 

Aquella primera reunión debió de ser muy fructífera porque desde entonces, el grupo se reúne con periodicidad anual, manteniendo una base de miembros fijos y un porcentaje de invitados escogidos entre los más influyentes y prometedores del planeta. Como se alojaron en el hotel Bilderberg, aquel grupo de prohombres tomó el nombre de Club Bilderberg y nadie podrá cuestionar su buen ojo para escoger invitados. Tony Blair, por ejemplo, fue invitado en 1993. Un año después se haría con el liderazgo laborista y en 1997 se alzaría a la presidencia del Reino Unido. Más fulgurante fue aún la carrera de Bill Clinton, invitado en 1991, el mismo año en el que ganaría la candidatura demócrata y un año antes ocupar la Casa Blanca. 

Según afirman quienes han estudiado el tema, desde la presidencia de Einsenhower, todos los presidentes americanos han pasado antes por el Club Bilderberg y la lista es larga y variada: John F. Kennedy, Lyndon B. Johnson, Richard Nixon, Gerald Ford, Jimmy Carter, Ronald Reagan, George Bush padre e hijo, el mencionado Bill Clinton y Barack Obama.

“El club Bilderberg está por encima de poderes e ideologías, de hecho suelen invitar a un político progresista y a otro conservador de cada país. Gane quien gane en las elecciones, ellos siempre ganan”,
afirma Cristina Martín, la primera periodista del mundo en investigar a fondo el Club y la primera en publicar un libro sobre el fenómeno, El ClubBilderberg: Los amos del mundo, en abril de 2005.

Hillary Clinton fue invitada al Club en el año 98 y desde entonces ha tomado forma el rumor de que podría llegar a ser presidenta de los Estados Unidos, aunque al final perdiera la carrera presidencial con Barak Obama.

“Obama es un producto de marketing típico del Club, es un líder prefabricado dentro del laboratorio Bilderberg. No hay más que ver su equipo: Joe Bidden, Hillary Clinton… el núcleo duro de su administración es puro Club Bilderberg. Además, el hecho de que haya ganado el premio Nobel sin haber hecho nada es más que sospechoso, pero se entiende como estrategia: se le dio prestigio y legitimidad para vender el producto”,

afirma la periodista.


Hacia un gobierno mundial


La composición del Club Bilderberg ha alentado toda clase leyendas acerca de su poder atribuyéndole cierta fama de gobierno mundial en la sombra o más concretamente, de una suerte de consejo de administración de la gran empresa mundial.
“Su objetivo es formar un único gobierno, una única moneda o mercado y una única religión. Y su herramienta para lograrlo es la ONU, organismo en el que hay una gran presencia de miembros del club”, 
afirma Cristina Martín. 

Familias como los Rothchild, los Orange-Nassau o los Rockefeller y empresas como British Petroleum, American Express o Coca Cola, han estado presentes prácticamente desde la primera edición para alimentar esa aura de omnipotencia magnificada por el secretismo de las celebraciones y la discreción de los asistentes. Ni secretarios, ni escoltas, ni acompañantes pueden permanecer en las salas donde tienen lugar las reuniones y sin luz ni taquígrafos sólo quedan las especulaciones. Y las hay, como no podía ser de otra forma.